Crítica Flash 3×10: Borrowing Problems from the Future
Retomamos la tercera temporada de Flash, después del midseason break, y la carrera contra el terrible futuro observado por Barry empezó con fuerza. Ahora ya no hay un solo Flash para correr los 40 minutos, sino que dos, ya que Wally West hace su debut en el traje amarillo de Kid Flash, peleando codo a codo con su homólogo de traje rojo. Y Kid Flash es un personaje que ya estábamos esperando hace bastante (su primer tease ocurrió en el primer capítulo de la temporada!).
En este capítulo vemos un Barry mucho más adulto de lo que hemos visto hasta ahora, viviendo en pareja con Iris y recordándonos en más de una ocasión que ya no es un amateur, sino un superhéroe con experiencia y entrenamiento. Sobre todo, vemos un Barry acosado por sus propios demonios: pesadillas constantes que le recuerdan de la visión del futuro que tuvo en la que Savitar, el dios de la velocidad, terminaba con la vida de su querida Iris.
Con respecto a eso, el cambio del arco argumental es muy bienvenido. La historia de Flashpoint tuvo un gran desarrollo pero, para ser honestos, no había razón alguna para seguir estirándola. Tuvo un cierre satisfactorio donde los principales afectados (Cisco, Dig, etc) lograron perdonar a Barry, y donde la derrota de Savitar en el capítulo anterior sirvió como un buen desenlace (aunque sepamos que es inevitable su regreso). La nueva historia, en la que un Team Flash (o Team S.T.A.R. Labs) más grande que nunca, lucha para evitar que se cumpla el futuro en donde Iris muere y Caitlin se vuelve Killer Frost, es un gran cambio de ritmo que dotará de nueva energía a la serie.
El villano del capítulo, como muchas otras veces, sirvió para avanzar la historia más que para ofrecer un antagonista bien desarrollado, lo cual es comprensible, aunque debo reconocer que se echó un poco de menos un malvado más entretenido (sobre todo con la promesa de que volverán Killer Frost y Gorilla Grodd). Ahora que nos estamos encariñando cada vez más con Julian, necesitamos alguien a quien odiar.
Al final del día, el capítulo es una bienvenida bastante satisfactoria de la segunda mitad de la temporada. Deja a todos los personajes en sus lugares, esperando a ver cuáles piezas de dominó caen y cuáles son removidas de la línea de tiempo, prometiéndonos un desenlace final en mayo que debiese ser para el recuerdo. Y por mientras nos deja intrigados con respecto a quién es aquella mujer que apareció al final, al más puro estilo de Terminator, con una foto de H.R. Wells, lo cual probablemente será la trama del capítulo siguiente.